Desde finales de la década de los 90’s, con la aparición de los web logs, más conocidos como los blogs, las personas comunes comenzamos a tener presencia en internet, ya no solo las grandes empresas que podían y puede costearse un sitio web.
Veinticinco años más tarde y hoy vivimos en un mundo altamente influenciado por lo que hacemos en internet, entre el correo electrónico, las redes sociales, las mensajerías instantáneas y la world wide web (www). Las empresas encuentran estos medios canales altamente efectivos para integrar a sus campañas de mercadeo. Así ha surgido el marketing digital.
Las empresas se dieron cuenta que en los blogs y las redes sociales surgieron personas naturales que sumaban muchos seguidores e influenciaban mucho a estas personas: los influencers o influenciadores.
Viendo la influencia que tenían estas personas sobre las personas, comenzaron a pautar mediante ellos. Muchos utilizaron la estrategia de canjes. Daban muestras de sus productos a cambio de que los recomendaran a sus seguidores. Fue una estrategia muy efectiva y se popularizó mucho.
Lo malo fue que luego los seguidores comenzaron a identificar que los influenciadores recomiendan a las marcas por recibir un beneficio, ya sea un pago o muestras gratis, no porque verdaderamente se identifiquen con los valores de la marca.
Por lo que ahora resulta oneroso y menos efectivo utilizar influenciadores.
Por eso lo que ha cobrado mayor relevancia últimamente son los micro influencers. Estos se distinguen porque no tienen tantos seguidores por los primeros y además que sus seguidores se encuentran en un nicho de mercado muy específico.